EL ARTE COMO TRANSMISOR DE LAS EMOCIONES
Crecí viendo pintar a mi abuelo.
Las imágenes de esos recuerdos me acompañan desde la infancia, el olor a óleo es un estímulo en mi vida, al igual que esos pinceles gastados que todavía conservo.
Siempre he pensado que el arte como perfección no existe, para mi el arte es un vehículo de comunicación, es un transmisor de emociones, es esa magia que simplemente no se puede explicar, se ha de sentir.
Hoy mi trabajo se centra en la exploración de las miradas con la intención de captar las almas, constatando que, ciertamente, “la mirada es el espejo del alma”.
Este trabajo lo combino con la exploración de los colores que me ayudan a captar la esencia de paisajes que me sorprenden y que espero te emocionen tanto como a mi.
